Cuando a principios de este año se han puesto en marcha las nuevas instalaciones donde se fabrica el
Nissan LEAF las expectativas eran muy grandes, y por ejemplo la situada en los Estados Unidos tendría
una capacidad de producción de unas 150.000 unidades al año, una cifra que permitía soñar con alcanzar una economía de escala lo suficientemente grande como para conseguir bajar de forma importante los precios. Pero unos cuantos meses después Nissan ha anunciado un aumento de la producción de apenas 500 unidades más cada mes
hasta llegar a las 2.500, una cifra muy por debajo de lo esperado y que ahora ya sabemos la causa, la
limitación de la producción de las baterías, una producción que necesita un periodo más elevado de tiempo para actualizarse que el ensamblado del coche y que amenaza con ralentizar el despliegue de este modelo.
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